miércoles, 31 de diciembre de 2008

Semana 48. El poder del amor

1. Nunca digas no a cuanto signifique esfuerzo. Tampoco intentes ganar el mundo ni convertirlo en base a tus esfuerzos. El mejor camino para ganarte los corazones de la gente es amarlos. El amor es como el sol. Derrite la nieve fría del corazón.

2. No digas que ya no puedes hacer más por tu hijo. Ni lo dejes por imposible. Cuando creas que ya no puedes hacer más, aún te queda algo más por hacer: amarlo un poco más. No insistas. Tú ama nomás.

3. Cuando amas, las cosas vuelven a nacer. ¿Recuerdas a Mandino? "Amaré la luz porque me señala el camino. Pero amaré también la oscuridad, porque me enseña las estrellas". Es que cuando se ama, todo se ve al revés.

4. Nuestro hijo se resiste al diálogo. Parece que tuviese blindado el corazón. No pierdas la paciencia. Lo que sucede es que ha amurallado su corazón con la duda, la inseguridad, el miedo. Cuando sienta que tú le amas, sus murallas caerán. La puerta se te abrirá. Mientras tanto no fuerces la puerta, porque la cerrará aún más.

5. ¿Quieres amar a los demás? Comienza por amarte a ti mismo. El mejor amor no es que se da sino el que se percibe sin decirlo ni anunciarlo.

6. El primer amor que tus hijos necesitan no es que los ames a ellos sino que ellos vean cómo os amáis vosotros como marido y mujer. Vuestro amor de esposos es la garantía de vuestro amor de padres.

7. Quien ama sabe esperar. Cuando quieres cortar un árbol, los primeros golpes apenas mueven el tronco. Pero golpe a golpe terminas derribando el árbol. No te canses de amar. El amor irá ablandando las resistencias. A golpes de amor Dios nos va conquistando poco a poco.

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