martes, 20 de mayo de 2008

Semana 21. No temas a los fracasos

Nos desesperamos porque las cosas no nos salen bien, pensamos tantas cosas malas. Los entendidos dicen que el fracaso es la antesala del exito. Continuamente te salen mal las cosas que lo único que queda es que en ésta te vaya bien ¿Correcto?.

Quiero que leas estas frases y las comprendas perfectamente.

1. No temas a los fracasos. Carmen Gómez Ojea, en un solo mes recibió dos premios de literatura. Pero antes, se había presentado a trece concursos literarios. No le dieron ni siquiera una mención. Se triunfa sabiendo esperar.

2. No temas a los fracasos. El compositor Bercker solo logró estrenar su Quinta Sinfonía diecinueve años después de haberla compuesto. Supo esperar. Diecinueve años de intentos y fracasos que terminan en la apoteósis del triunfo. ¿Quién merece los aplausos, la sinfonía o su capacidad de espera?

3. No temas a los fracasos. Gerald M. Hopkins, uno de los mayores poetas ingleses, no pudo ver publicado ni uno solo de sus versos. Aunque tú fracases, que luego triunfen por tí tus obras.

4. No temas a los fracasos. Teilhard de Chardin escribió más de treinta volúmenes. Ni uno solo se publicó en vida del autor. Hoy son manuales de lectura de infinidad de científicos. Su obra es la que le hace supervivir en la historia.

5. No temas a los fracasos. Mozart escribió su Sonata 545 dos días después de que una de sus hijas se moría de hambre y mientras su esposa se reía de él coqueteando en un balneario. El hombre es más que el hombre.

6. No temas a los fracasos. Dios creó al hombre con toda su ilusión divina. Lo puso en un paraiso. Y un día el hombre le falló. Pero Dios siguió correteando al hombre hasta ganarlo con su amor.

7. No temas a los fracasos. Cristo murió como un fracasado en la Cruz. Sólo asi fue posible la alegría de la mañana de la Pascua. Tú vives hoy, gracias a aquel fracaso humano de la Cruz.

¿Te dás cuenta?
También Dios sabe que puede fracasar con nosotros, porque conoce nuestra condición humana, pero aún así continúa invirtiendo en nosotros.

lunes, 12 de mayo de 2008

Semana 20. Cuando reces

El rezar es entrar en comunión directa con nuestro Padre, y miremos que tanto nos ama Dios que nos envió a su hijo Jesús para que nos enseñara la forma correcta de comunicarnos con Él.
Si analizamos la oración que Jesús nos enseñó, verémos que existen pasos. Primero debémos aceptarlo como nuestro único Dios, nuestro Padre y luego debémos llevar la comunicación con la mayor confianza y con toda naturalidad. Cuando lo realizes, es mejor que hables poco tú y dejes hablar más a Dios en tí.

1. Hay tres maneras de orar a Dios: Dios mío, ténsame. Si no me pudriré. Otro dice: Dios mío, no me tenses demasiado porque me romperé. Un tercero reza: Dios mío, ténsame cuanto puedas, aunque me rompa. (Kazantsaki) ¿Cuál de los tres te sienta mejor?

2. Cuando reces, di: santificado sea tu nombre. A ti que te gusta alabar e incensar a los demás. ¿Para cuándo dejas de sentir la alegría de la grandeza de Dios? Haz de tu oración el éxtasis y la admiración. Quédate bobo mirándolo a Él.

3. Cuando reces, di: venga tu Reino. Ya está bien de tanto pedir para tí. Al menos hoy, podías preocuparte en tu oración de pedir por los demás. Está bien que pidas por tus triunfos. ¿No podías pedir hoy por el triunfo de Dios en la historia?.

4. Cuando reces di: hágase tu voluntad. Pero por favor, no le regatees luego la tuya. No sea que pidas que se haga la voluntad de Dios y en el camino le pones la tuya. Y peor aún, no confundas la voluntad de Dios con lo que a tí te interesa. Eso es fraude.

5. Cuando reces, di: danos el pan. Pero no para que lo amontones o te comas el pedazo que le toca a los demás. Dios regala pan a los pobres repartiendo el tuyo.

6. Cuando reces, di: perdónanos... Claro, que te perdone, pero la única manera de que el perdón de dios llegue a tí, és si tú ya has perdonado a los demás. No pidas si no eres capaz de dar.

7. Cuando reces, di: no nos dejes caer. Pero, claro, luego no te hagas el fanfarrón de ponerte en el filo del peligro. Dios no se responsabiliza por los cobardes, pero tampoco apuesta por los equilibristas.

lunes, 5 de mayo de 2008

Semana 19. No llores, construye

En el mundo pasan muchas cosas a diario, como sería nuestra vida si estuviéramos lamentandonos de todo ello.

El día de ayer celebramos la Ascensión de Jesús, recordemos que Jesús después de resucitar pasó 40 días con sus Apóstoles dandoles instrucciones y antes de ir al Cielo para estar con su Padre les promete que pronto serán bautizados con el Espíritu Santo, para que se cumpla la promesa del Padre. Recién ahí estarán lístos para iniciar la misión que Jesús les encomendó.

Nosotros al igual que los apóstoles, tenemos el compromiso de seguir impartiendo las enseñanzas que Jesús nos dejó. Como parte de esta misión es que continúo ofreciendote estas frases que pueden hacer que tu camino hacia el Padre sea llevadero.

1. No pierdas este día lamentando el mal del mundo. El tiempo que pierdes en lamentos es un tiempo precioso para hacer el bien. Al mal no se le vence con lágrimas sino haciendo el bien.

2. No vivas preguntando cuánto vale o para qué sirve. Hay millones de flores que morirán sin ser vistas por nadie. Morirán sin haber servido para nada. Jamás serán cortadas para lucir en un tiesto. Pero están orgullosas de ser bellas y haber vivido.

3. Las piadosas mujeres lloraron el paso de Jesús cargado con la Cruz. Pero sólo eso: lágrimas. ¿Qué hicieron por Él? Tus lamentos no suplirán jamás el bien que debes hacer.

4. No engañez a tu corazón, llenando sus huecos y vacíos con éxtasis pasajeros de placer ni con cuatro dineros. Al corazón lo podrás anestesiar por unos instantes. Pero luego, seguirá protestando sus vacíos dentro de tí.

5. Está bien creer en la justicia, en el amor, en la fraternidad. Hasta los puedes gritar en los mítines de protesta. Pero ¿de qué te sirve creer y gritar si no siembras luego justicia? ¿Si no siembras amor fraterno?

6. No basta creer en grandes ideales para ser grande. Pero tampoco serás nunca grande si no crees en ellos. No son suficientes los sueños. Pero ¿se podrá hacer algo grande sin soñar antes?

7. Los grandes ideales nacen primero en el corazón. Luego crecen en la vida. Es la vida la que da razón a los sueños, las ilusiones y esperanzas del corazón. Sin un corazón grande, no pienses en vidas grandes. Pero cuando la vida es achatada, el corazón termina encogiéndose.



Si no tienes a Dios en tu corazón, nunca podrás hacer realidad tus sueños e ideales.
Cuando Dios decidió crear el mundo, le salió del corazón. Y cuando quiso salvar al hombre, otra vez se le reventó el corazón.