miércoles, 31 de diciembre de 2008

Semana 52. Agua para el camino

Hermano, seguramente habrás notado que el día de hoy escribí lo perteneciente a semanas anteriores. Pido disculpas por ello. Estoy en proceso de recuperación al haber sido operado quirurgicamente de dos hernias inguinales y una hernia umbilical, motivo por el cuál me fue imposible sentarme al computador y entregarte los pensamientos semanales. Pero como la promesa hecha a mi Padre Dios fue que entregaría los 52 pensamientos semanales en el plazo de un año, hoy 31 de Diciembre del 2008 me toca dar por cumplido esta promesa. Esperando que ellos te hayan servido para mejorar tu camino, me despido de ustedes complacido por haberles servido. Que reciban la bendición de nuestro Padre Dios todo este próximo Año 2009.

1. ¿Por qué buscas tu felicidad en el pozo de los demás si tú mismo llevas dentro de ti todo un manantial? Intenta mirar dentro de ti mismo y descubrirás que ahí, en el fondo de ti, está lo que buscas.

2. Soy como un grano de trigo. Con una diferencia. El trigo no puede escoger entre ser alimento para puercos o ser molido para pan o ser sembrado para que se multiplique. Pero yo tengo la facultad de elección y no permitiré que mi vida sea alimento para puercos ni dejaré que sea molida bajo las piedras del fracaso y la desesperación, y así, quebrantado , ser devorado por la voluntad de los otros. (Og Mandino)

3. Tu puedes decidir que el trigo de tu vida sea grano de sementera. Y así podrás ser pan para el que tenga hambre. Eucaristía del que comulga. Puedes ser pan para los niños, pan para los pobres, pan para los ricos. Pan para Dios en la mesa del altar.

4. Los grandea ríos comienzan siendo pequeños hilos nacidos de un manantial. Para llegar a ser río necesita de otros pequeñosmanantiales. Es sumando manantiales que crecen los ríos. Es sumando tu vida a los demás que tu vida dejará de ser manantial solitario y se hará río de comunidad. Y entonces eres Iglesia.

5. Para subir se necesitan los peldaños de la escalera. Hazte una escalera que tenga los siguientes peldaños bien seguros:

- Siente a Dios como algo esencial en tu vida
- ten fe en ti: en lo que fuiste, en lo que eres y en lo que puedes ser
- ten fe en los demás: aunque te engañen, los necesitas. Y sobre todo, ellos te necesitan a ti.
- camina con los demás, la comunidad es el lugar donde Dios te engendró y donde Dios te hace
crecer.

6. No busques respuestas fáciles a tus problemas. Y menos aún, respuestas a medias. Quien soluciona sus problemas por lo fácil y a medias busca anestesias, pero no curaciones reales. Jesús quizo curarnos en la raíz. Por eso aceptó morir.

7. Los demás nunca podrán ser la medida de tu estatura. Pero, viéndolos a ellos chatos, descubrirás mejor tu propia pequeñez. Y si los ves grandes, sentirás ganas también tu de estirar tu propia estatura espiritual.

Haz tu propio programa:

- si te sientes deprimido, canta.
- si te sientes trizte, procura reír.
- si tienes miedo, no te detengas. Lánzate adelante.
- si te sientes menos que los demás, siente que eres grande delante de Dios.
- si te sientes inseguro, piensa que puedes.
- si hoy te sientes mal, piensa que mañana estarás mejor.
- si te sientes insignificante, repasa tu partida de Bautismo.
- si te sientes más que los demás, piensa que también tú puedes fallar.
- si caes, no te quedes ahí, levántate.
- si ya estás en pie, pues, amigo... camina.

Saludos a todos y un abrazo en Dios.

Semana 51. Hoy construye. No destruyas

1. Hoy construye y no destruyas. Construye al hombre nuevo que Dios quiere en ti. No construyas cualquier cosa. No construyas cualquier tipo de hombre. Sólo serás tu mísmo si éres lo que Dios pensó para ti.

2. Hoy construye y no destruyas. Construye el rostro e imagen del hombre, tu hermano, destruido por la vida. No sólo eres responsable de ´ti. Dios también te pedirá cuentas sobre lo que hiciste por tus hermanos.

3. Hoy construye y no destruyas. Construye un mundo mejor. Nadie te pide que tú lo hagas todo. Pero tampoco debes hacer menos de lo que estás llamado a hacer. Que el pedazo de mundo que a tí te toca, sea el más bello y el más hermoso.

4. Hoy construye y no destruyas. Construye o reconstruye tu amor de esposo o de esposa, de padre o de madre o de hijo o de hermano. Que el hogar sea mañana mucho mejor y todos se sientan en él más a gusto.

5. Hoy construye y no destruyas. Construye ese pedazo de Iglesia que Jesús ha puesto en tus manos. Tu no eres toda la Iglesia. Pero si eres una parte de la Iglesia. Y la Iglesia que eres tú depende totalmente de tí.

6. Hoy construye y no destruyas. Reconstruye el rostro de tu hijo, destruido tal vez por tus silencios, tu carencia de diálogo con él, tus exigencias sin cariño, tus catigos sin justicia. El está eperando que alguien vuelva a poner en sus labios la sonrisa de la vida.

7. Hoy construye y no destruyas. Reconstruye el rostro y el corazón de tu viejo que siente el frío de una vida sin calor humano, sin atenciones. Hazle sentir que no es una mercancia en liquidación sino que se le necesita y quiere en casa.

Semana 50. Hoy mira lejos y alto

1. Hoy mira lejos. Piensa: lo que hoy hagas no es sólo para hoy. Es sembrar para mañana. Que mañana no lamentes lo que has dejado de hacer hoy. Los lamentos de mañana no suplirán tu pereza de hoy.

2. Hoy vuela alto. Vuela por encima de tus propias debilidades y limitaciones. Desde arriba, las cosas que ahora te parecen grandes, las verás pequeñas. En su propio tamaño.

3. Hoy mira lejos. Lo inmediato es pan para hoy y hambre para mañana. Lo inmediato priva tu vida de horizonte y de perspectiva. Lo inmediato te priva de visión para que descubras lo que vendrá luego.

4. Hoy vuela alto. Desde arriba las nubes se ven muy distintas. Desde abajo abajo se ven cargadas de sombras. Son amenazadoras. Desde arriba resplandecen de luz y se hacen acogedoras. La luz viene de arriba.

5. Hoy mira lejos. No te mires tan sólo a ti mísmo. Que tu corazón abarque a todos, incluso a los que no están a tu lado. Que tu propia sombra no oscuresca el bosque de tus hermanos. Quien sólo se ve a sí mismo termina siendo un solitario.

6. Hoy vuela alto. ¿Qué altura marca tu altímetro en generosidad, en bondad, en amabilidad, en ayuda y servicialidad? Si no sabes a que altura vuelas, detente. No sea que algún risco de la montaña te ponga en peligro.

7. Ponte la brújula. ¿Hacia donde apunta? Allí donde está tu tesoro, allí está también tu corazón. ¿Hacia donde caminas? ¿Donde está tu pensamiento? ¿Donde está tu corazón? Por favor, no cambies de brújula. Cambia de rumbo.

Semana 49. Inténtalo

1. Dios quiere que seas más. Inténtalo. La arcilla mientras sólo es barro vale poco. Pero modelada por el ingenio del artista se hace obra de arte. Del lodo de los caminos pasa a los museos del arte. ¿Qué podrás hacer con la arcilla de tu vida?

2. Dios quiere que séas más. Inténtalo. Un tronco de árbol puede podrirse en el bosque, como puede ser cortado para leña. Pero tocado por el genio del artista se convierte en estatua de exposición. ¿Qué podrás hacer con el tronco de tu vida?

3. Dios quiere que séas más. Inténtalo.El estiércol puede quedarse para siempre en estiércol. Pero aplicado a la tierra y a las raíces de las plantas se hace vida en ellas. La vida es y vale aquelo que tú haces con ella.

4. Dios quiere que séas más. Inténtalo. Después de mil trescientos años, se encontraron unas semillas secas en las pirámides. Todos pensaron que ya no servían. Alguien las sembró. Volvieron a brotar en trigo. Nunca tu vida estará tan seca que no pueda reverdecer.

5. Dios quiere que séas más. Inténtalo. La tierra puede ser puro erial seco y estéril. O puede ser lugar de sementera donde la primavera haga florecer de espigas los tallos. O puede ser alfombra de flores. De ti depende ser desierto o ser o un oasis en la vida.

6. Dios quiere que séas más. Inténtalo. No pidas que sea Él quien lo haga todo en ti. Lo que tu no hagas en ti, Dios no lo podrá hacer. Que nadie diga que tu éres menos de lo que Dios quiso que fueses.

7. Dios quiere que séas más. Inténtalo. Todo depende de tu decisión. Decídete. No estés jugando con tus miedos ni con tus indecisiones. Juega a ganar. Juega a ser. Y lo serás.

Semana 48. El poder del amor

1. Nunca digas no a cuanto signifique esfuerzo. Tampoco intentes ganar el mundo ni convertirlo en base a tus esfuerzos. El mejor camino para ganarte los corazones de la gente es amarlos. El amor es como el sol. Derrite la nieve fría del corazón.

2. No digas que ya no puedes hacer más por tu hijo. Ni lo dejes por imposible. Cuando creas que ya no puedes hacer más, aún te queda algo más por hacer: amarlo un poco más. No insistas. Tú ama nomás.

3. Cuando amas, las cosas vuelven a nacer. ¿Recuerdas a Mandino? "Amaré la luz porque me señala el camino. Pero amaré también la oscuridad, porque me enseña las estrellas". Es que cuando se ama, todo se ve al revés.

4. Nuestro hijo se resiste al diálogo. Parece que tuviese blindado el corazón. No pierdas la paciencia. Lo que sucede es que ha amurallado su corazón con la duda, la inseguridad, el miedo. Cuando sienta que tú le amas, sus murallas caerán. La puerta se te abrirá. Mientras tanto no fuerces la puerta, porque la cerrará aún más.

5. ¿Quieres amar a los demás? Comienza por amarte a ti mismo. El mejor amor no es que se da sino el que se percibe sin decirlo ni anunciarlo.

6. El primer amor que tus hijos necesitan no es que los ames a ellos sino que ellos vean cómo os amáis vosotros como marido y mujer. Vuestro amor de esposos es la garantía de vuestro amor de padres.

7. Quien ama sabe esperar. Cuando quieres cortar un árbol, los primeros golpes apenas mueven el tronco. Pero golpe a golpe terminas derribando el árbol. No te canses de amar. El amor irá ablandando las resistencias. A golpes de amor Dios nos va conquistando poco a poco.

Semana 47. Los santos

1. Primera tentación: creer que los santos son distintos a nosotros y que por tanto su santidad debe ser para ellos. Nosotros estaríamos dispensados de llevar ese curso de vida cristiana. Nos basta lo ordinario. Pero, ¿que és lo ordinario sino el camino de los santos?

2. Segunda tentación: a los santos la santidad no les cuesta. Les nace. ¿Te olvidas que los santos van al mercado, tienen que pagar el agua y la luz y que si quieren comer deben trabajar, hacer la cocina y tienen que hacer cola cuando van al Seguro Social?

3. Tercera tentación: con mi carácter no es posible ser santo. ¿Con otro carácter si? Te olvidas que San Pablo tenía un genio peor que el tuyo y el mío... que ya es decir... Ni se podia entender con Bernabé y tuvieron que separarse porque no se aguantaban los dos.

4. Cuarta tentación: a mi me gusta la vida, el mundo. Y asi no se llega a la santidad. Pues mira... A los santos les encanta el mundo. Les fascina la vida. Y, por si tienes dudas, les gusta lo fácil. Lo difícil les fastidia.

5. Quinta tentación: los santos son raros. Para ser santocasi te tiene que tocar la lotería. Por favor, amigo, no confundas los santos de altar con los santos. Es posible que tu hayas hablado con más de un santo. Además si piensas que hay tan pocos santos... por qué no te decides tú a serlo. Ya tendríamos uno más.

6. Sexta tentación: ser santo exige mucho esfuerzo. Mira, hermano, que los santos no se hacen a base de puños, sino en base a la gratuidad de la gracia y un poco de colaboración por parte de ellos.

7. Septima tentación: para ser santo primero hay que querer serlo y decidir serlo. Ahí estoy conforme contigo. Pero claro... en el fondotienes miedo a querer serlo. Te da miedo el riesgo. ¡Cuántos santos ha frustrado la falta de voluntad!

Semana 46. El anciano

1. El otro día contemplaba a un anciano. Su rostro estaba arado por los años. De repente llegó un niño. Era su nieto. Lo vi sonreir tan feliz que pensé: un rostro arrugado, pero un alma tersa, limpia. La sonrisa de un anciano se parece a la caricia del amor.

2. Me da pena. Lo veo sentado en el parque cada tarde. Está solo. Solo consigo mismo. Solo con sus recuerdos. Son los únicos que aún le hablan y le cuentan cosas sobre la vida. Pero, no tiene a nadie. ¿Donde están sus hijos?

3. El anciano tiene un corazoncito igualito al nuestro, que espera cariño, espera una palabra, una sonrisa. No pide mucho. Sólo una sonrisa. Sólo una palabra. ¿No tendrás hoy ni siquiera una sonrisa para nuestros viejos?

4. El anciano no es un estorbo. La serenidad y la paz no estorban. Un anciano en casa es el regalo de Dios que nos dice que la vida no es sólo ruido. Que la vida es remanso. Es contemplación. La vida de un anciano es como un libro en el que podemos leer la vida de otra manera.

5. Los ancianos en la familia son el recuerdo del pasado. Son el puente con el ayer. Pero también el puente que nos abre el camino al mañana de la vida. El niño nos habla de la vida que se hace adulta. La vida del anciano nos habla de la vida trascendente.

6. Cuando el sol se pone ya en el horizonte al aterdecer, no es el sol que muere sino el sol que comienza a brillar en otro lugar. El anciano empieza a apagarse, pero su vida empieza a encenderse y brillar en el más allá.

7. La vida de un niño es un regalo de dios. La de un anciano también. ¿Es que los años cargados de vida no son un regalo del Señor? Por eso la ancianidad es generosa acción de gracias a la generosidad del Dios de la vida.